
Oraciones quebradas
Lectura
Romanos 8:26-28 NTV:
26 Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios. 28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Hebreos 4:16 NTV:
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
Reflexión
A veces pensamos que para orar necesitamos seguir ciertas reglas. Cierra los ojos, di Padre, y termina con “amén”. Incluso, muchos creen que deben orar de cierta forma con tal de que la oración se cumpla. Pero creo que esta es una idea equivocada. Orar simplemente es hablar con Dios así como lo harías con cualquier otra persona. Es venir delante de Él y tener una conversación. Puedes hacerlo con los ojos abiertos, cerrados, hincado, parado, acostado, en voz alta o en tu mente. Puedes ser honesto con Dios. Puedes abrir tu corazón a Él. Dios es digno de tu confianza y puedes ser vulnerable dentro de Su presencia. Él no te va a juzgar.
Cuando no tengas palabras, el Espíritu Santo puede interceder por ti. Él conoce tu corazón y puede expresar lo que tú no puedes expresar con palabras. Este es uno de los hermosos beneficios de haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo. El hablar en lenguas nos permite entrar a la presencia de Dios y aun interceder y pedir cuando nosotros mismos no tenemos las palabras. Nos podemos acercar a la presencia de Dios sin temor y allí Él nos entrega su misericordia y su gracia. Nuestras oraciones no tienen que ser elocuentes y perfectas. Creo que las oraciones quebradas son las que mueven el corazón de Dios. No estoy diciendo que tienes que ser dramático para que Dios te escuche, de ninguna manera. Pero sí creo que Dios valora nuestra honestidad y vulnerabilidad. Muchas veces podemos tocar el corazón de Dios con oraciones quebradas, humildes y honestas más que con oraciones largas y elocuentes. Pero también podemos acercarnos a Él cuando no tenemos palabras. Podemos dejar que el Espíritu Santo interceda por nosotros cuando no sabemos dónde comenzar o qué decir. Hoy, tú y yo podemos entrar con confianza a la presencia de Dios. Podemos hablar con Él, y lo podemos hacer sin palabras.
Declaración
Dios, hoy yo elijo venir con confianza delante de tu presencia. Muchas veces no sé qué decir, o cómo decirlo, pero sé que tu Espíritu es suficiente. Sé que tú usas todas las cosas para bien y que aun mis oraciones quebradas pueden mover tu corazón. Gracias porque siempre escuchas cuando vengo delante de ti. Te pido que me llenes con tu gracia y misericordia. ¡Gracias por siempre escucharme!
Acción
En una libreta escribe una oración (o carta) honesta a Dios. Derrama tu corazón delante de Él y luego agradécele por siempre escucharte.

