
Su victoria es nuestra
Lectura
Isaías 41:10 NTV:
No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.
1 Juan 4:4 NTV:
Pero ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo.
1 Juan 4:4 RVR1960:
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Reflexión
¿Sabías que la victoria de Jesús en la cruz puede ser tuya? Cuando Jesús murió en la cruz Él venció todas las obras del enemigo. Jesús venció la muerte, la depresión, la enfermedad, la adicción, y la opresión. Todas las obras del enemigo fueron vencidas en la cruz por medio de la sangre de Jesús. Él no solo murió en la cruz por las enfermedades y los pecados de esos tiempos, sino por toda obra del enemigo que existía en ese día y la que existiría hoy y en el futuro. Esto significa que Jesús ha vencido el poder del pecado para siempre.
Una vez que somos parte de Su familia tenemos acceso a un nuevo estilo de vida. Ya no somos simples humanos, sino tenemos acceso al Reino de Dios y a la victoria de Cristo en la cruz. ¡La victoria de Cristo se convierte en nuestra victoria! Jesús venció a la muerte para que nosotros tengamos vida. Su victoria es nuestra. Jesús venció todas las obras del pecado para que pudiéramos vivir en santidad. Además, Jesús nos ha entregado al Espíritu Santo. Como quien dice, la victoria de Jesús en la cruz nos permite recibir el poder del Espíritu Santo para llevar esta victoria a otros. Su victoria es nuestra victoria. Su poder puede habitar dentro de nosotros. Ya no debemos temer las obras del enemigo. Si temías la muerte pero ahora eres un hijo de Dios, ya no hay temor. Si estás atado por la depresión, una adicción, etc., puedes tener victoria y recibir libertad completa porque Jesús ya pagó el precio por tu libertad. Cuando Jesús resucitó, Él te entregó Su victoria. No debemos temer a nada. La enfermedad ya no nos puede atar. ¿Por qué? Porque Jesús ya venció, y Él nos sostiene con su victoriosa mano derecha. ¡Dios nunca te va a dejar! Él te quiere ayudar a recibir sanidad, libertad y paz. No hay nada que nuestro Dios no pueda hacer.
Declaración
Jesús, hoy yo recibo tu victoria. Sé que cuando entregaste tu vida en la cruz, lo hiciste por mí para darme vida eterna y victoria en todas las áreas de mi vida. Yo reconozco que como el Hijo de Dios, tú ya venciste al enemigo, y que un día yo te veré cara a cara. Hoy yo tomo posesión de mi herencia, la cual es tu victoria. ¡Gracias por aceptarme en tu familia! Gracias por tu victoria.
Acción
Piensa en algún área en tu vida en la cual has estado batallando. (Puede ser enfermedad, desánimo, depresión, etc.) Luego declara la victoria sobre esta area y dale gracias a Dios porque Él ya pagó el precio y venció sobre todas las obras del enemigo.

