Encuentros radicales

Un silbo apacible y delicado

Lectura

1 Reyes 19:11-13 RVR1960:

11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

Reflexión

Muchas veces esperamos que Dios se revele a nuestras vidas de manera grande e impresionante. Pero Dios no siempre se va a encontrar así contigo. A lo mejor, como Elías, estás esperando tener un encuentro radical con Cristo por medio de un gran terremoto, o un gran viento, o a lo mejor un fuego consumidor. No literalmente, pero puede que quieras tener un encuentro visible con Dios. Pero, ¿Elías cómo tuvo un encuentro radical con Dios? No fue en lo grande y asombroso. Fue por medio de una voz tan callada y delicada que probablemente Elías no estaba seguro si era Dios o no.

Estamos viviendo en un tiempo esencial y crucial para la vida de todos los creyentes. Encerrados en casa, Dios nos está haciendo una invitación a acercarnos a Él de una manera muy personal. Dios quiere llevarte más profundo en tu relación con Él. Él te está llamando a quedarte quieta por un tiempo para escuchar Su voz. Probablemente no sea algo tan impactante y obvio como un terremoto, pero sí es una voz que puede ser escuchada. Es una voz callada que trae paz. Es una voz suave que te consuela y trae dirección a tu vida. Es una voz que dice, “Eres valiosa para mí. Te amo y no hay nada que no estoy dispuesto a hacer por estar contigo.” Dios quiere estar contigo, quiere que le des el tiempo de simplemente estar en Su presencia. Él quiere estar cerca de ti y hablarte. Muchas veces un encuentro radical con Cristo comienza en los momentos más callados, solo tú y Dios. 

Declaración

Dios, llévame más profundo en mi relación contigo. Quiero estar tan cerca de ti que puedo escuchar tu voz aún cuando solo estás susurrando. Abre mis oídos para escuchar lo que me quieres hablar hoy. Abre mis ojos para ver que tú estás presente en mi vida diaria. Empieza a atraer mi corazón hacia ti cada día más y más. Gracias porque cuando te busco, sé que siempre te voy a encontrar.

Acción

Ve a un lugar callado. Puede ser tu cuarto, el baño, etc., pero busca estar a solas con Dios. Luego, cuéntale todo lo que hay en tu corazón, ya sea temor, frustración, aburrimiento, gozo o lo que sea. Después toma dos minutos para estar completamente callada en Su presencia. No te distraigas. Este es un tiempo para que Él pueda hablar a tu corazón y tu mente. ¡Deja que Él también te hable a ti!

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