Encuentros radicales

Un encuentro radical con el Espíritu de Dios

Lectura

Juan 14:15-17 RVC:

15 Si me aman, obedezcan mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: 17 es decir, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y estará en ustedes.

Hechos 2:1-4 NTV:

1 El día de Pentecostés, todos los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar. 2 De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados. 3 Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad.

Hechos 9:17 NTV:

17 Así que Ananías fue y encontró a Saulo, puso sus manos sobre él y dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, quien se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo».

Reflexión

¿Sabías que puedes estar con Dios, en Su misma presencia? Y no solo eso, puedes permanecer allí, viviendo dentro de la presencia de Dios. Por esta razón Él envió a Su Espíritu Santo. El Espíritu Santo manifiesta la presencia de Dios, la cual nos trae consuelo, nos revela quien es Dios y nos ayuda a entender la Biblia. Él nos habla, nos guía y nos enseña. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para que siempre esté con nosotros y nunca nos deje.

Saulo (quien después se convirtió en el apóstol Pablo) tuvo un encuentro radical con la presencia de Dios. En camino a Damasco, Jesús se le apareció y le habló. Saulo quedó ciego a causa de este encuentro. Después, Dios le habló a Ananías (un creyente que vivía en Damasco) y lo envió a orar por Saulo e imponerle las manos para que fuera lleno con el Espíritu Santo. Ananías obedeció a Dios y fue a orar por Saulo, quien de inmediato recobró la vista y fue bautizado en agua y en el Espíritu Santo.

Así como Saulo, tú puedes tener un encuentro radical con la presencia de Dios. Puedes ser bautizado (completamente sumergido) en Su Espíritu. No tienes que estar en una reunión con muchas personas para recibir el regalo de la presencia de Dios. Él te puede encontrar justo donde estás en este momento. Si ya has nacido de nuevo y aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, puedes pedir el regalo del Espíritu Santo viviendo dentro de ti con la evidencia de hablar en otras lenguas así como los discípulos el día de Pentecostés.

Declaración

Espíritu Santo, yo anhelo tu presencia en mi vida. Quiero que tú desciendas sobre mí y me llenes de tu presencia, de tu paz, y de tu gozo. Nunca quiero ignorar el regalo de tu presencia. Yo anhelo tener un encuentro radical contigo. Empieza a llenarme con tu Espíritu aun en este mismo momento. Creo que tú lo puedes hacer y sé que lo harás.

Acción

Si ya has recibido el bautismo en el Espíritu Santo, toma el tiempo para orar en otras lenguas y pídele al Espíritu Santo que te llene otra vez y que se vuelva a revelar a tu vida.

Si aún no tienes el bautismo en el Espíritu Santo, te animo a que lo busques de todo corazón. Él puede ser encontrado, así como hablamos ayer. Toma tiempo hoy para encerrarte en tu cuarto y alabar a Dios. Ora en voz alta y pídele al Espíritu Santo que te llene con Su presencia. ¡Puede que hoy tengas un encuentro radical con Él!

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